El final no deseado de la traducción de una página web, ¿o esta historia «continúa»?

Hoy en día, la traducción de páginas web es cada vez más solicitada.
Si el cliente, a través de la agencia, da instrucciones detalladas, no hay ningún problema.

Sin embargo, voy a contar una amarga experiencia en la que no fue así.

Cuando entregué una traducción de una página web (sin instrucciones de traducción en absoluto), casi el 100% de mi traducción fue tachada y corregida por el cliente y devuelta a la agencia.😨

Esto se debió a que el encargado de la sucursal japonesa del cliente español había “creado” páginas en japonés basándose en mi traducción.
La PM de la agencia, que no entendía japonés, quedó horrorizada por los resultados de la revisión y me pidió que le explicara lo sucedido (¡con razón!)
Me vi obligada a detallar, frase por frase, las diferencias entre la gran cantidad de contenido que se había modificado y mi traducción.

La historia termina donde tuve que aceptar el terrible “feedback” que se cuantificó y se dejó en el portal.
Además, a pesar de señalar correcciones cuando comprobé el texto “creado”, la redacción antinatural se publicó sin cambios.

No sólo perdí la confianza de la agencia en mi trabajo, sino que la web resultante era de una calidad inferior a la que una gran empresa de renombre debería garantizar.

Ahora bien, aquí es donde quiero saber qué opináis.

¿Qué debo hacer si me resulta intolerable ver el sitio web donde he participado en la traducción lleno de lenguaje antinatural?🙄

☛Debo informar directamente a la empresa al respecto.

☛Lo correcto es informar a la agencia del hecho y pedirle que informe al cliente.

☛Es mejor ignorarlo por completo, ya que no es asunto mío.

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